De Gasolina a Electrones: El Imparable Crecimiento de las Motos Eléctricas
Estimar con precisión una fecha para la adopción masiva de motos eléctricas es un desafío, pero hay un factor clave que sin duda acelerará este proceso y se trata de las restricciones de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en municipios con más de 50.000 habitantes.
Estas restricciones ya están en vigor en 14 municipios, y se espera que otros 151 se sumen en los próximos años para cumplir con la legislación europea sobre cambio climático. Esta ley, que entró en vigor el 29 de julio de 2021, tiene como objetivo reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, siendo el sector del transporte responsable de aproximadamente un tercio de estas emisiones.
En Barcelona, a partir del 1 de enero de 2027, los vehículos diésel Euro 4 no podrán circular, y en enero de 2028, la restricción se aplicará a todos los vehículos con etiqueta B (la amarilla). Esto afectará al 18% del parque móvil de Cataluña, que está mayoritariamente concentrado en el área metropolitana de Barcelona y consta de aproximadamente 1 millón de vehículos. Se estima que al menos 100.000 propietarios afectados apostarán por motocicletas eléctricas para evitar estas restricciones por ser estas la opción de transporte privado más económica (con precios a partir de 3500€) y que garantizarán la movilidad incluso en núcleos urbanos en los que sólo se permitirá circular a vehículos con la etiqueta de “0 emisiones”. A esta cifra hay que sumar alrededor de 5.000 unidades anuales entre: nuevos usuarios, profesionales del reparto, servicios de motosharing y organizaciones gubernamentales.
Según las previsiones, en Cataluña, que representa el 25% del mercado de motos eléctricas, se espera alcanzar las 120.000 para finales de 2027. Sin embargo, si otras grandes ciudades como Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, y otras, implementaran medidas similares a las de Barcelona, se desencadenaría un efecto multiplicador. Esto nos llevaría a un total de 480.000 unidades antes de 2035, sumadas a las 120.000 ya existentes. En consecuencia, tendríamos alrededor de 600.000 motos eléctricas circulando diariamente por las carreteras y municipios de España. Esto representaría aproximadamente el 14% del parque total de motos y se acercaría al 100% para el año 2050, fecha límite establecida por la Ley Europea del Clima, que busca lograr la neutralidad climática en la UE.
Es relevante destacar que esta previsión no tiene en cuenta un escenario en el que los precios del petróleo se disparen debido a conflictos internacionales o crisis geopolíticas, como las que experimentamos en 2022, cuando la gasolina alcanzó casi 2€ por litro. Esto llevó a los consumidores a buscar medios de transporte alternativos para desplazarse de un lugar a otro, lo que a su vez impulsó una adopción masiva de motos eléctricas.
Además, la evolución de la tecnología de baterías es un factor clave. Se espera que las autonomías en este tipo de vehículos de 2 ruedas se acerquen a los 250 km reales por carga.
También se están reduciendo los costes de los cargadores potentes de 7.2 kW lo que permitiría recargas de tan solo 30 minutos para poder realizar distancias de 60 km, lo cual es más que suficiente para el 90% de la población en sus desplazamientos diarios.
En conclusión, aunque la transición hacia vehículos sostenibles y ecológicos no será instantánea, el panorama a medio plazo es alentador y a largo plazo, esperanzador.
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